WonkaPistas

29.6.05

¡Se trata de los mayores, estúp...! (en lo que toca a Internet)

Todavía no salgo de mi asombro de las recomendaciones de política pública del informe que critiqué ayer: usar a los niños y adolescentes como palanca del desarrollo tecnológico de España. Ahí queda eso. Creo que quedó bastante claro que el informe estaba basado en una asociación espuria. Lo tremendo es, como recordó RMF en un comentario, que si hay una cuestión sociológica y políticamente importante en lo referente a los grupos de edad y las nuevas tecnologías es la de la inclusión de los mayores (tercera edad, edad avanzada, segunda madurez, como quieran llamarlo). Yo no soy nada favorable a los argumentos que insisten en cosas como la "brecha digital" (los ricos sí usan internet, los pobres no y quedarán excluidos para siempre), pues creo que pecan de una visión demasiado estática.

Sin embargo, si alguna realidad tienen esos argumentos, ha de ser en lo que toca a la experiencia vital de la gente mayor (mis padres, los padres o los abuelos de muchos de los lectores de esta página, algunos de los lectores mismos) con tecnologías como Internet. Para los jóvenes, procedentes de medios sociales más favorecidos o menos, el aprendizaje de la navegación por Internet será casi natural, algo que va de suyo, que ocurre sin mayor esfuerzo, sin planteárselo. Encaja, como poco, con sus experiencias como estudiante y como trabajador, y, para muchos, con experiencias previas con videoconsolas y artilugios similares. Van aprendiendo sobre la marcha sin darse cuenta.

Para los mayores, los que tienen más de cincuenta años, por poner una edad, si se da ese contacto y ese aprendizaje con Internet, desde luego no irá "de suyo". Todo lo contrario. En su curso vital habitual (tal y como ha ocurrido hasta ahora), los ordenadores y la Internet son, si hacen auténtico acto de presencia, un problema. Para muchos implicará un obstáculo, y grande. Para otros, incluso, una amenaza: de pérdida de empleo, de desplazamiento por los más jóvenes, de pérdida de referentes por un cambio demasiado acelerado, de pérdida de papel social, etc. Es ésta experiencia complicada, cuesta arriba muchas veces, la que hay que entender. No la de los adolescentes ni la de las parejas jóvenes con hijos.

Estudios como el que analicé ayer nos ayudan más bien poco, más bien nada, empeñados como están sus autores en forzar un argumento que no se sostiene. Pero hay otros que sí nos ayudan, pues están basados en la experiencia, precisamente, de esos mayores de cincuenta años lidiando con los acelerados cambios tecnológicos que les ha tocado vivir. Me refiero al libro de Karen E. Riggs, Granny @ work. Aging and new technology on the job in America, publicado hace pocos meses. Yo no estoy del todo de acuerdo con su enfoque inicial, pero me vence la riqueza de experiencia vivida (y vivible) que rezuma el texto. Como anticipo, pueden leer este paper, que corresponde, grosso modo, con el primer capítulo.

2 Comments:

  • Efectivamente los mayores (y no tan mayores) tienen mucho que perder con el desarrollo tecnológico si no se enganchan a él. Para empezar habrá que ver cómo son esos mayores, estudios que crucen variables y puedan verse los múltiples "brazales" que dibujan el paisaje de esos mayores (y no tonterías como la del estudio que dice que los niños son el motor del cambio tecnológico familiar). Pero hay algo que se nos olvida y es que la tecnología va siendo, en algunas aplicaciones, cada vez más fácil de usar y, por lo tanto, la pérdida no será, necesariamente, tanta como nos la dibujan quienes se afanan en ver brechas por doquier. Estamos hablando de un mercado que tiene que colocar sus productos, una población que envejece y tiene todavía muchos años de vida activa (y recursos económicos) por delante y unos empresarios que van a estar investigando productos que puedan vender a distintos segmentos del mercado. Por ejemplo ahora ha salido un móvil sencillo, con pocas prestaciones, lo que necesita una persona poco ducha con la tecnología para resolver sus necesidades de comunicación y que no quiere cámara, mensajes, ni internet en el móvil. Otras aplicaciones sencillas pueden ser una vía de enganche -segmentación de producto-

    By Blogger Salvatierra de Barros, at 6/29/2005 6:42 p. m.  

  • La primera vez que nos conectamos a internet fue a través de Compuserve, quizá hace ya 10 ó más años. Era de madrugada y entramos en algo así como un chat. Nuestra primera conexión. Nuestro primer chat. Había gente conectada ('Spain, the old country' fue lo primero que nos dijeron) y después de hablar bastante rato con varios nos preguntaron la edad, indicando la suya. Tenían más de 60 años y habíamos entrado en un chat de la tercera edad. Dijimos nuestra edad (20) y se partieron de risa. Nosotros habíamos entrado porque era el que tenía más gente. Por eso creo que la tercera edad son un público natural de internet. Solo hay que darles un empujoncito...

    By Anonymous Anónimo, at 7/04/2005 12:00 a. m.  

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