WonkaPistas

9.3.06

Inmigrantes en el barrio

Hace dos días se presentó el libro Inmigrantes en el barrio (disponible aquí en un pdf un poco pesado), del que son autoras Carmen González-Enríquez y Berta Álvarez-Miranda. Las conozco personalmente. Ambas son muy buenas investigadoras y, además, Berta es amiga mía. Por ambas razones les recomiendo el libro incluso antes de leerlo. Seguro que está bien hecho. La base del libro son una decena de grupos de discusión celebrados, por un lado, con españoles residentes en zonas con bastante presencia de inmigrantes, y, por otro, con inmigrantes.

He aquí un par de extractos de las conclusiones.

Uno con un toque, más bien, negativo.

Las reacciones de los autóctonos hacia la convivencia con los inmigrantes extranjeros en los barrios de estudio se ven condicionadas por su impresión de estar viviendo un proceso muy rápido e intenso de cambio en su vecindario. Los autóctonos se sienten sorprendidos y abrumados por el número de extranjeros que han venido a establecerse en el vecindario en un periodo de tiempo muy reciente y muy corto. Algunos de los participantes en los grupos de discusión se expresan como si se sintiesen aún incapaces de explicarse y asumir los cambios que presencian en su entorno. Definen los autóctonos ese tipo de sentimiento como una “sensación de invasión” de su territorio, de su casa, de su mundo más inmediato tal y como lo conocían hasta el momento. Invasión implica pérdida, y aunque en algunos casos matizan que se trata de una “invasión pacífica”, implica también la suposición de que una voluntad colectiva anima el movimiento de población.

El desasosiego producido por el mero cambio del paisaje humano del barrio, entendido en estos términos de movimiento colectivo, se ve reforzado por un incremento real y/o imaginado de la delincuencia en las calles de algunos de los barrios observados.
Y otro positivo, que no se diga.
Las expectativas de autóctonos e inmigrantes sobre la evolución futura de las relaciones entre sí tienden a converger en algún punto del futuro, en que tanto unos como otros imaginan una sociedad más integrada, en la cual los actuales roces en la convivencia, la relativa escasez de trato, la competencia por el acceso a los servicios públicos y la extrañeza por las normas culturales y costumbres ajenas se hayan difuminado. A corto plazo, los planes de unos y otros son diversos; encontramos vecinos de origen español que planean mudarse de barrio y otros que pretenden quedarse, junto con vecinos de origen extranjero que sueñan con regresar a su país pronto y otros que se imaginan su vida futura en España. A largo plazo, sin embargo, con escasísimas excepciones, los entrevistados coinciden en confiar en una “integración” mejor de los inmigrantes.

Un trabajo anterior de estas autoras, España ante la inmigración, también está disponible en la web.

Que les aproveche.